Nací en una casa a orillas de la ría, allí donde se juntan los rios Urola y Narrondo para desembocar en el Cantábrico. Siendo yo niño cambiamos de casa, y tras tantos años se me han mezclado recuerdos e ilusiones. Me imagino que de aquella casa se oiría a lo lejos el bogar de la trainera. Y al vislumbrar que los remeros se acercaban al ritmo que, ttaup ttaup, el patrón les marcaba, ¨mira, ya vienen¨ asomado al balcón estaría viendo el paso de la trainera..